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martes, 31 de enero de 2006

Dias para no olvidar. Mi vieja radio.

Para los menores de 30 años será difícil poder comprender las siguientes líneas, pero aquellos que ya pasamos los 40 sentirán un dejo de nostalgia por la lectura de este artículo.

Cuando todavía no sabía leer ni escribir, ver televisión era un lujo sólo reservado apara la clase más acomodada de nuestro país. Eran los años 60 y la televisión buscaba con avidez a sus televidentes, pero para poder ver un programa era necesario adquirir un aparato que tenía un altísimo costo por aquellos años.

La única entretención de niño travieso era jugar todo el día y en las tardes tomar once y escuchar algún programa de radio con mi abuela y mi madre.

Nuestra radio era una tremenda caja de madera muy hermosa, la que pesaba “una tonelada”, pues estaba llena de tubos, que hacían que –al encender la radio- esta se demorara un par de minutos en emitir el sonido de la primera señal captada.

¿Y qué programas escuchábamos por radio? Había varios. La radiofonía chilena contaba con un excelente cuerpo de profesionales, tanto locutores, libretistas, como animadores, periodistas y técnicos.

Mis recuerdos de niñez me traen a la memoria los compases del programa de Radio Minería llamado “Radio Tanda”, en que los personajes interpretados por Sergio Silva, Williams Rebolledo o Ana González, la Desideria, nos hacían reír a carcajadas.

A mi me emocionaba y me quedaba muy quieto escuchando las aventuras de la pobre Leonora Latorre, quien recorría el norte chileno en busca de su amado novio Alberto Cobos, todo en el marco de la Guerra del Pacífico, en el Radioteatro “Adiós al Séptimo de Línea”.

¿Cómo no recordar “La Tercera Oreja” o “El Reporter Esso?...

¡Ah…! Los años de radio…

Cuánto sufría de temor al escuchar el programa de “El Siniestro Dr. Mortis”, o al mediodía, en radio “Portales” si no me equivoco, “Lo que cuenta el viento”.

Aunque, como lo dije al inicio, la televisión era una realidad, todas las casas tenían un aparato de radio. Todo el mundo reía a carcajadas con “La Bandita de Firulete” o lloraba de emoción con algún radioteatro.

Pero la televisión fue ganando terreno y poco a poco los grandes estelares de la radio fueron desapareciendo. Poco a poco la radio pasó a cumplir sólo un papel secundario en el hogar, pues las dueñas de casa se fueron acostumbrando a la teleserie. “Simplemente María” o “Muchacha Italiana viene a casarse”. Y luego los culebrones venezolanos, con la espectacular Lupita Ferrer y José Bardina.

Me pregunto… ¿Qué será de esos actores?

La radio cambio. No murió, pero cambió. Ya no es la misma que antes. Fueron tiempos maravillosos aquellos tiempos. Tiempos que no volverán.

Pepe

sábado, 28 de enero de 2006

¿Cómo nace el Lenguaje?

No es para nadie desconocido que la comunicación es, hoy en día, uno de los más importantes medios que han permitido a la humanidad desarrollar la civilización que poseemos actualmente.

Pero... ¿ha pensado usted cuánta importancia le dedicamos a la comunicación?.

La verdad es que ni siquiera se la reconoce como un “invento” del ho
mbre, siendo tal vez más importante que la misma invención del fuego o que la de la rueda.

¿Ha pensado usted qué sería de la humanidad si no se hubiera inventado la comunicación?

La comunicación como tal no nace de un día para otro, es una invención que demora varios cientos de años en desarrollarse.

Los primeros humanos probablemente se comunicaban como lo hacen hoy muchísimos animales, por medio de gruñidos, señas o gestos. Estos se fueron acrecentando con el correr de los años. El hombre primitivo que aun no sabía cazar y que se alimentaba de frutos silvestres, insectos y carroña probablemente usaba muy pocos elementos de comunicación, pero cuando los seres humanos comienzan a desarrollar nuevas técnicas o medios de obtener alimentos, como la cacería, era necesario transmitir “ideas”. Pero, ¿cómo hacerlo?. Tal vez la señas fueron el primer elemento. Un movimiento de mano podía ser fácilmente comprensible por otro humano. Por ejemplo una seña de manos para que se acercara o que se sentara. Signos o movimientos claros para transmitir que se tiene hambre o sed y que no requerían la complicada estructura de palabras en un determinado idioma.

Pero... ¿Cuándo nace el lenguaje hablado?.

Sin lugar a dudas, por la constante actividad diaria tanto del hombre como de la mujer primitivos, la posibilidad de comunicarse verbalmente se da después de la invención o la utilización práctica del fuego. Este se estima que comenzó a ser usado por los humanos hace aproximadamente 1.000.000 años, por lo que antes de ese tiempo es probable de que no existiera lenguaje hablado. Pero el uso masivo del fuego, el que los seres humanos hicieran fuego por sus propios medios, no tiene mas de 500.000 o 600.000 años, cuando debe enfrentar los drásticos cambios climáticos de la era glacial.

¿Por qué el fuego tiene relación con el nacimiento del lenguaje?

Por la sencilla razón de que, antes de su uso, la posibilidad de reunir al grupo familiar, al clan, era muy distante. Pero con el uso del fuego se producía por las noches la reunión en torno al fuego, para “capear” el frío y para descansar luego de la ardua jornada de recolección, pesca o de caza.

Fue en ese momento - en torno a la hoguera - que surge la necesidad de “comunicarse”, de transmitir más que ideas, sensaciones, lo que debió motivar el ingenio de los humanos a crear sonidos que identificaran una idea común.

Es muy probable que el lenguaje – al igual que la técnica para hacer fuego – surgiera casi simultáneamente (con poca diferencia de años) en diferentes puntos del planeta.

Si deducimos que el lenguaje nace de esta forma, nos daremos cuenta que también de esta forma nacerán los distintos idiomas. Unos más útiles y otros poco efectivos de usar. Todos evolucionando constantemente.

Gracias al nacimiento del lenguaje hablado los seres humanos podrán transmitir sus ideas, así como podrán también expresar sus creencias y respuestas a las inquietudes propias de un humano.

Las creencias mitológicas y la divinización de los fenómenos naturales verán la luz en el uso del lenguaje en torno a la hoguera, en esas primeras “reuniones familiares”. Mal que mal el vocablo “hogar” proviene de la raíz “hoguera”.

Desde esos lejanos días hasta hoy, el uso del lenguaje ha sido lo que ha permitido el desarrollo de la civilización, cobrando una importancia que la humanidad no reconoce. Sin duda el fuego permitió el nacimiento del lenguaje, o por lo menos gracias a este fue posible que se desarrollara.

Pero... ¿Es más importante el nacimiento del lenguaje que el mismo nacimiento del fuego? ¿O acaso más importante que la invención rueda?

El debate esta por generarse.

Pepo

Educando en el Siglo XXI (1° Parte)

Este siglo XXI que ya hemos iniciado, lo hemos hecho imbuidos con el claro referente al conocimiento.
Hoy saber, conocer, aprender son los ingredientes que construyen el crecimiento de la sociedad. Una sociedad del conocimiento, una sociedad en que cada día la información es esencial necesaria en muchos aspectos de la vida social y personal.


La educación es la llave maestra que permite al individuo y al país crecimiento, desarrollo y productividad.


Por lo tanto es una obligación crecer y desarrollarnos a la velocidad en que este mundo globalizado crece, aprendiendo cada día a incorporar las nuevas tecnologías como herramientas que nos permitan llevar a cabo nuestro fin que es manejar más información.


Más información es mayor conocimiento, mayor cantidad de datos con los que debemos contar para tomar decisiones. “El hombre que no es informado no puede tomar decisiones”, dice una publicidad radial.

Y cuan cierto es lo expresado. Sin información, sin conocimiento difícilmente podremos tomar una decisión correcta. Pero ¿Cómo debemos hacer para que, a quienes socializamos puedan aprender a incorporar más conocimientos?, ¿Qué forma o método será el más apropiado para “enseñar”?.

En una sociedad del conocimiento el aprender debe ser activo por parte del que aprende, sea este un niño, joven o adulto. El enseñar se debe transformar en un “facilitar” para que, quien aprende, pueda construir SU conocimiento.


En esta visión constructivista del conocimiento es muy necesario el método de enseñar convirtiéndose (uno educador) en un
guía” que le da las “herramientas”, que entrega la “brújula” y “mapas” para que el que aprende recorra el “camino” por sus propios medios (aprendizaje por ensayo y error)

Pero también es necesario que este aprendiz deba saber usar estos medios. ¿Cómo usará un mapa quien no sabe que es un mapa? O ¿Cómo usaras una brújula si no sabes para que sirve

Es ahí en donde reconocemos las diferentes etapas del crecimiento en la información.

En la primera etapa, el niño, debe ser un aprendiz por excelencia basado en sus propios intereses.

Si por ejemplo al niño le gusta jugar a determinado juego, es ese interés el que deberá explotar el educador para que este niño incorpore el uso de las “herramientas”, que más tarde le permitirán desarrollar otras habilidades y, por último, recorrer “los caminos” por sus propios medios, usando la “brújula” y los “mapas” que le entregó su guía.

Hoy en día, el medio que contiene la mayor información es Internet. En ella encontraremos todo, con el problema de que no toda la información que ahí se encuentra es 100% fidedigna, por lo tanto no es 100% confiable.

El educador del siglo XXI deberá saber identificar cuál es la información útil para sus aprendices, asimismo deberá instruirlos a que sepan identificar cuál información es fiable y cual no. Aunque para obtener un buen aprendizaje de este tópico, es indispensable que sea por la vía del “ensayo y error”, pues así veremos un aprendizaje fortalecido.



Pepo